El sábado 19 de octubre de 2019 quedará marcado en la historia chilena. Todos los ojos del mundo occidental miran cómo la democracia institucional se desintegra, y nuestra sociedad ha quedado expuesta fuera de la burbuja que los medios y los políticos intentaban mostrar. Nadie nunca pensó —a pesar de que era un secreto a voces que algo andaba mal— que la careta de país primermundista, OCDE, iba a caer tan rápidamente. Y es que la violencia no estaba alojada ahí donde los políticos y la prensa quiere hacernos creer que está. La violencia no sólo está en los buses quemados o en los servicios destruidos por aquellos que el dedo acusador apunta como los «violentistas» (palabra ambigua: se ha usado tanto, que al parecer no estar de acuerdo con la institucionalidad es sinónimo de ser violentista) No. La violencia en Chile se encuentra enquistada normativamente (institucionalmente, si se quiere) ahí donde la participación se encuentra denegada al pueblo de a pie, y se reserva sólo para los cocineros de reformas y para la «gente bien».
Frente al argumento (entre el ad baculum y el magister dixit) concertacionista sobre lo mucho que costó recuperar la «democracia», creo que la primera gran cuestión a reflexionar es ¿realmente tenemos una democracia en Chile? Claro, muchos alegan que institucionalmente tenemos «algo similar» a una democracia —imperfecta como todas las democracias mundiales— y que ésta «nos» ha hecho crecer; pero la confusión (creo que adrede) entre democracia y tecnocracia a nivel institucional socava las bases participativas, de forma tal que los nuevos filósofos-reyes platónicos son los economistas y los grandes empresarios. El experimento neoliberal de Friedman, como todo experimento, se encuentra bajo la posibilidad incierta del fracaso si una variable falla o no es considerada, o sea, ensayo y error. Y tal vez la variable que no aparece en las hipótesis tecnocráticas es el hastío popular, por el constante rechazo y recelo de la «gente bien» a la idea de un pueblo participativo. Platón no era un demócrata, naturalmente, pero su filósofo-rey reflexionaba y pensaba. En cambio, la tecnocracia chilena carece de toda reflexión. Sufro vergüenza por ello. Propia, como todo violentista y violentado de a pie que juntaba las chauchas cuando era estudiante para pagar la micro. Porque la violencia enquistada en aquellas normas que regulan cuánto debo gastar para vivir está legitimada. Se legitiman las alzas, los precios, a quien excluyo y a quien integro, la vida y la muerte… Y la experiencia nos dice que todo ello se puede borrar de un golpe. Vergüenza siento de un presidente que tuvo que esperar que los ambiguamente llamados violentistas y (realmente) violentados de a pie explotaran en su hastío para dar marcha atrás a un alza que mágicamente ahora sí está en sus manos (como si fuera suficiente), pero mantiene la represión como si la soberbia militar le permitiera ganar el round sobre las demandas sociales. Tecnocracia militarizada pura: se confía más en recetas expertas que en voluntades soberanas. HA Vega Doctorando en Filosofía, USC Investigador CEHYCSO
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Nicolas Sebastián Cabrera Valdivia, Profesor de Historia, Geografía y Ciencias Sociales, Miembro e investigador de CEHYCSO.
El día 24 de mayo del presente año, la ministra de educación, Marcela Cubillos hace pública la modificación de los planes y programas para los estudiantes de tercer y cuarto medio de los establecimientos científicos/humanistas y técnico profesional proponiendo a la asignatura de Historia, Educación Física y Artes como optativas. Esta propuesta fue presentada por el consejo nacional de educación (CNED) organismo autónomo del Estado con personalidad jurídica y patrimonio propio que se relaciona con el Presidente de la República a través del Ministerio de Educación. El accionar de estas entidades gubernamentales deja entrever la irresponsabilidad, arbitrariedad y poco profesionalismo en tomar decisiones no contemplando a los docentes y estudiantes, excluyéndolos de este proceso orientado a crear planes y programas acordes a una educación valórica y cultural, es decir, integral y multidisciplinaria. Esta medida es tan ofensiva y falsa que se contradice con la misión educacional que pretende cumplir, ya que busca “fomentar el desarrollo de la educación en todos sus niveles a través de una educación humanista democrática, de excelencia y abierta al mundo en todos los niveles de enseñanza cautelando y promoviendo la calidad a través de la evaluación de propuestas de organismos públicos e instituciones educativas”. Lo mencionado no se cumple por distintos factores, el primero es la poca difusión y participación de la información a los docentes (como profesor no recibí ningún informativo sobre este cambio), contradiciendo lo que afirma el presidente del CNED, Pedro Montt que dijo: “por tres años y de manera participativa hemos revisado los planes y programas con la intención de mejorar la calidad de la educación con un perfil interdisciplinario. Y me pregunto ¿Cómo vamos a conseguir ese perfil excluyendo asignaturas humanistas tan necesarias como historia, educación física y artes? Al parecer el presidente de CNED a pesar de su grandiosa experiencia y estudios educativos, no dimensiona que desplazando estas especialidades no se podrá conseguir esa interdisciplinaridad que busca este cambio. Además de la desinformación, tampoco es democrático, de excelencia y menos abierta porque deja como optativo a especialidades humanistas fundamentales para esta formación integral interdisciplinaria. Segundo, dentro de su misión en educación escolar (desde primero básico a cuarto medio) el CNED aprueba o informa instrumentos curriculares de evaluación solo con el ministerio de educación o la agencia de calidad, diseñando un tipo de educación alejada de la realidad educativa, esto nuevamente demuestra la exclusión de “los cobardes y patipelados” docentes y estudiantes en los cambios del curriculum escolar para tercero y cuarto medio. Entonces ¿Por qué sostener que este proceso fue “altamente participativo”? Para mí esto es una falacia, siendo profesor de historia e investigador de una comuna regional y con 7 años de experiencia en establecimientos educacionales jamás me llego un informativo de los cambios que se pretendían realizar, algo muy similar a lo ocurrido el 2010 donde el ex ministro de educación, Joaquín Lavín intento reducir las horas de historia pero esa vez se evitó por la fuerte oposición de historiadores, docentes y estudiantes que estaban en desacuerdo con esa pésima medida, sin embargo nueve años después vuelve la ofensiva contra la disciplina histórica encargada de analizar, reflexionar y evaluar temas sensibles acordes a la historia contemporánea a nivel global y latinoamericana. Por eso hoy quieren hacer realidad esa propuesta sosteniendo que historia será reemplazada por formación ciudadana, asignatura sin planes y programas diseñados, con unidades que quedaran pobres en el curriculum y lo más importante carecerá de conocimiento y memoria histórica algo fundamental para el desarrollo del pensamiento crítico que debe tener el ciudadano/a en el siglo XXI. La forma como está procediendo el CNED y el MINEDUC con respecto a la educación escolar secundaria va en una dirección tecnócrata desplazando a las humanidades del desarrollo integral que deben tener los estudiantes en su última etapa escolar para desarrollar las competencias óptimas para el mundo laboral y profesional. Está incompleta formación integral es ilógica porque con la asignatura de historia como optativa no tenemos conocimiento y memoria histórica sobre el devenir del ser humano en el tiempo, no se revisa el pasado para comprender el presente y proyectar el futuro, no hay reflexión de la experiencia como elemento de aprendizaje y concientización de como una sociedad avanza y se desarrolla. También con educación física como optativa no somos capaces de comprender la necesidad de llevar una vida saludable acorde a mejorar los pésimos hábitos de alimentación que hoy tienen a Chile como el país con el mayor porcentaje de niños/as con obesidad y suicidio adolescente. Finalmente con Artes Visuales como optativo dejamos de lado el conocimiento de un lenguaje artístico y el desarrollo de la capacidad creativa y expresiva de los estudiantes por medio del lenguaje visual. No es menor mencionar otra modificación a las asignaturas científicas (Biología, física y química) condensadas en "ciencias para la ciudadanía", suprimiendo de inmediato contenidos y habilidades específicas para que los alumnos continúen estudios posteriores a nivel técnico o profesional. Ante estas declaraciones bochornosas y carentes de argumentos de la ministra Cubillos y del CNED sobre su alta participación y búsqueda de interdisciplinaridad agregamos el desconocimiento que tienen sobre su afirmación “los planes y programas de historia y ciencias sociales están cubiertos desde primero a segundo medio”, le informo que están en un total desconocimiento, primero hay una parcialización del conocimiento, esta asignatura se llama Historia, Geografía y Ciencias sociales, son disciplinas humanistas distintas y por el exceso de contenidos no se profundiza, más bien impide el desarrollo de habilidades, competencias y actitudes, mostrando incoherencia y nula continuidad en la forma de cómo se presentan las unidades del año, ejemplo: En octavo Básico se inicia con la unidad de los inicios de la Modernidad: Humanismo, Reforma y el choque de dos mundos, luego en la unidad 2 formación de la sociedad americana y los principales rasgos de Chile Colonial después en la unidad 3 nuevos principios que configuran el mundo occidental: ilustración, revolución e independencia y finalmente unidad 4 Sociedad y Territorio: La región en Chile y América. Lo anterior, demuestra la incoherencia y poca continuidad de los contenidos, no entrelazando el conocimiento histórico debido a la falta de horas destinadas a la asignatura y por ende impidiendo una profundización y desarrollo de habilidades manifestadas en los objetivos de aprendizaje de cada unidad (abordar tres unidades sobre historia de Europa, América y Chile para terminar el año escolar con una unidad de geografía sobre el concepto de región en Chile y América). En Enseñanza Media sucede algo similar con las unidades de primero medio, se inicia con la construcción de Estado y Nación en Europa, América y Chile en el siglo XIX todo eso tratado en 32 horas pedagógicas, es decir, en dos meses el docente debe desarrollar habilidades y competencias en contenidos de procesos históricos distintos ocurridos en Europa, América y Chile a inicios del siglo XIX, sumado al discontinuidad con las unidades de Octavo Básico porque terminas el año con Sociedad y Territorio, la Región en Chile y América. Esto evidencia la falta de cobertura en los contenidos, el desorden y escasez de tiempo en comprimir la cantidad de temáticas tratadas en cada unidad de los planes y programas tratados hoy en día. Además se omitirán o más bien no se profundizaran los contenidos que antes de este cambio curricular se trataban en tercero medio como la historia de Chile a mediados del siglo XX hasta la actualidad, impidiendo a los estudiantes conocer, comprender, analizar, evaluar y crear un pensamiento crítico sobre el tiempo presente, desconociendo los últimos sucesos que marcan la historia de nuestro país como el golpe de Estado al gobierno de Allende en el contexto de Guerra Fría, el fin de la democracia con la dictadura militar de Augusto Pinochet y la implantación del modelo neoliberal en el retorno a la democracia profundizado por la Nueva Mayoría cuyo efecto tiene al país subordinado a la lógica del mercado internacional, dichos temas quedan reducidos a la tercera unidad de segundo medio. Para el caso de Educación Física, sucede algo similar y contradictorio, se pretende mejorar la vida saludable y se le restan horas de deporte y recreación a los jóvenes que hoy más que nunca necesitan cuidar su estado físico, además de mejorar su alimentación con hábitos saludables, esto contrapone incluso a la política pública de Cecilia Morel, esposa del presidente “elige vivir sano” y me pregunto ¿Cómo pretenden formar ese hábito haciendo optativa la asignatura a jóvenes entre 16 y 17 años que están en pleno desarrollo físico y mental? Agregando la tasa más alta de obesidad infantil de Latinoamérica debido a los malos hábitos alimenticios y comida chatarra reflejan el nulo conocimiento de la realidad que tienen estas entidades de la sociedad chilena. Por último, la asignatura de Artes ya contempla un desplazamiento hace algún tiempo, no obstante, la falta de esta especialidad en el curriculum refleja la necesidad de comprender procesos históricos y sociales a través de manifestaciones artísticas culturales que estimulen la creatividad. Considerando todos los puntos tratados, estoy en desacuerdo con la medida enunciada porque no cumplen con una mejora en la calidad de educación sino es un retroceso, evidentemente por la manera arbitraria y excluyente de efectuar cambios sin una consulta “fidedigna y real” a los docentes de dichas especialidades y tampoco apunta a una interdisciplinaridad ya que desplazando a la electividad a las humanidades no se puede desarrollar una formación integral. Finalmente, estas medidas faltan el respeto al profesorado y alumnado, veo con impotencia como nuestra profesión no es participe de temáticas tan importantes como la modificación de los planes y programas y sobre todo hacer obligatoria una asignatura como formación ciudadana disociándola de la historia, eso me indica que estas entidades tienen la intención de formar futuros ciudadan@s desinformados de los procesos históricos que marcan a nuestro país especialmente los acontecidos desde 1973, donde la imposición de una constitución dictatorial y la implantación de un modelo neoliberal desarrollado por los gobiernos de la Nueva Mayoría segrega día a día a toda la sociedad, aquella que en la actualidad carece de pensamiento crítico, hoy aprovechado por una clase política inescrupulosa que gobierna para sí misma y no para el bienestar de la población del siglo XXI. Una visita al taller de don Raúl Sotomayor (Sotelo) es un viaje al pasado, entre la invasión de edificios, carreteras y hormigón armado que sufre Peñuelas. Es -sencillamente- mágico estar en un lugar en donde pareciera que el tiempo se detuvo, mientras todo alrededor nuestro sigue su curso progresivo y voraz.
Don Raúl ya tiene sus años, y ha dedicado gran parte de su vida a lo que más ama: el arte. Y es el mismo arte que lo mantiene en una rutina de estar viajando constantemente entre su taller de Peñuelas y su taller en París, Francia. Nuestra visita no es de cortesía, al contrario, es de propuestas. La calidez de su recibimiento es un gran detalle para nosotros, quienes casi por instinto, quedamos asombrados por su taller: pinturas, libros, grabados, la inmensa prensa al medio del pequeño taller, pinceles, esculturas realizadas por artesanos africanos... |
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